9 de noviembre de 2009

Diez mandamientos para odiar la lectura

1. Lee, niño, no veas las televisión.

"Al libro no se le promociona apagando el televisor, sino dándole un lugar propio y distinto, nunca competitivo".

2. Lee, niño, para que aprendas gramática y redacción.

"Se cree que la lectura no vale por sí misma y que no es un camino independiente, hacia nuevos y desconocidos mundos".

3. Los libros son verdad, los cómics violencia y maldad.

"Los tebeos y los cómics cumplen una misión estelar: le familiarizan al niño con la imagen y la palabra y le permiten un acercamiento concreto con la lectura".

4. Lee, niño, libros de conocimientos, no sólo cuentos.

"La lectura, levadura del pensamiento, debe motivarse con cuentos que creen placer".

5. Saca, niño, la moraleja: todo libro una lección deja.

"El libro vale por el cúmulo de preguntas que deja en un ser humano, por la forma en que incentiva lo que Paulo Freire llama la pedagogía de la pregunta, que no es sino el proceso mental de asociar hechos y pensar por uno mismo. La pedagogía de la respuesta, en cambio, que tiene su base y fundamento en la memorización, anula la lectura creativa y piensa que la moraleja, el sermón facilista, es la gran verdad de un libro".

6. Desarrola tu cacumen, dame del libro el resumen.

"Pedir el resumen de un libro creativo y mágico para el niño es tan absurdo como pedir el resumen de un poema de Pablo Neruda".

7. Niño, no juegues: lee un libro y no friegues.

"Frente a la letra con sangre entra, mejor la lectura con juego perdura".

8. El libro es educación, nada de juego y recreación.

"El libro, en un medio represivo, no es educación sino tedio, aburrimiento, rechazo a la lectura".

9. Como sigas así de maleta, te mando a la biblioteca.

"Se presenta al libro y a la lectura como algo pesado, como una represión. Y el niño asocia las bibliotecas con esos centros uniformados y tétricos. Pobres libros, pobres niños".

10. Yo leería libros de gran calibre, si tuviera tiempo libre.

"Los padres recomiendan leer, pero no leen. Hay que pregonar con el ejemplo. Los niños no leen porque otros niños leen. La imitación se da respecto a los padres. El ejemplo lo brindan los adultos".

Mercedes Falconí Ramos

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Fuente: tragaletras.wordpress.com/

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