9 de enero de 2010

Prioridades en materia de Educación durante la Presidencia española de la UE

España afronta la Presidencia de la Unión Europea en unos momentos de graves dificultades económicas, de tal manera que la lucha contra la crisis, el fomento del empleo y el impulso de un nuevo modelo de crecimiento más sostenible en lo social, lo económico y lo ambiental constituyen los retos fundamentales de la tarea que ha de realizarse más específicamente durante este semestre.

En este contexto la educación, la formación, la innovación, la generación y la transferencia de conocimiento van a ser fundamentales en la consecución de la nueva economía basada en el conocimiento en toda Europa.

Educación y formación son sinónimos de libertad, de igualdad, de cohesión, que son valores esenciales en la Europa del siglo XXI. Más educación de calidad y para todos, esa es la ambición del Gobierno para España y ese es el eje sobre el que se asentará el trabajo del Gobierno en esta materia durante el periodo de la Presidencia de la Unión Europea.

Por eso vamos a afrontar este desafío con la convicción y la voluntad de que es posible una nueva economía al servicio del bienestar social para toda la ciudadanía europea. Uno de mis objetivos es poner a la Educación en el corazón del tratado de Lisboa así como generar un Espacio Europeo de Educación superior en el ámbito comunitario. La propuesta española se va a centrar en la dimensión social de la educación en Europa, tenemos que garantizar la movilidad no sólo para aquellos que tienen posibilidades, la igualdad de oportunidades y la efectiva equiparación de sistemas.

El Gobierno afronta esta Presidencia Europea desde el convencimiento de que para conseguir una Europa social y una economía al servicio de la sociedad, ésta ha de estar basada en la educación, la formación y el conocimiento. La educación como corazón de la economía.

Ahora es más evidente que nunca que la estrategia que dé respuesta tanto a las necesidades inmediatas de relanzamiento económico como a la sostenibilidad en el desarrollo económico y social con vistas de una perspectiva superior, pasa por la consideración de que la educación y la formación son los factores clave para desarrollar la competitividad y la cohesión social de la Unión Europea. Por eso resulta de capital importancia dar un gran impulso a esta misión de la educación y la formación como motores del desarrollo y el bienestar social europeo y así lo ha acordado el trío, lo hemos acordado, en nuestra agenda política.

Dar respuesta a los grandes retos globales a los que se enfrentan nuestras sociedades, energía, cambio climático, alimentación, agua, migración, lucha contra la pobreza, etcétera, pasa también por situar a la educación y a la formación como fundamentos de la sociedad del conocimiento de esta nueva era. La investigación y la innovación constituyen asimismo pilares básicos de la sociedad del conocimiento, pero la Presidencia española ha de añadir un nuevo pilar,el de la dimensión social y la responsabilidad social de la educación en todos sus niveles, especialmente en la educación superior.

Asimismo se precisa una política de becas que garantice la efectiva movilidad, clave de la apertura y del reconocimiento de la diferencia. Al respecto, el desafío de la interculturalidad en la educación requiere acciones específicas.

Es indispensable una Europa que haga del conocimiento un factor clave en el desarrollo y la equidad social. Es imprescindible que el Espacio Europeo de Educación Superior no sea el de la uniformidad sino que garantice la diversidad pero con sistemas equiparables, comparables y compatibles para el reconocimiento de los estudios y de las competencias y atribuciones profesionales.

Y por ello, vamos a subrayar desde la presidencia que para alcanzar estos objetivos es necesario incrementar de manera sostenida las inversiones en educación y formación y también hacerlo de manera más eficiente. Y ésta tarea hemos de promoverla conjuntamente como sociedad.

Fuente: www.educacion.es

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